Susurros de Japón en los Andes: cuando el anime tejió la realidad colombiana

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Susurros de Japón en los Andes: cuando el anime tejió la realidad colombiana

Anime-reportaje
El anime ha influido profundamente en generaciones latinoamericanas, inspirando vocaciones creativas, como la de Maria Eugenia Quiroga, y generando comunidades que dialogan entre culturas. Más que entretenimiento, se ha convertido en herramienta pedagógica, espacio de reflexión estética y motor de identidad. En Colombia, este fenómeno ha sido clave para fusionar lo local con lo global, transformando la imaginación en un puente intercultural.

En los albores de los años ochenta, cuando el mundo digital era apenas un susurro lejano, las mañanas de los sábados y las tardes entre semana después de llegar del colegio, se transformaban en rituales sagrados. No existían Netflix ni YouTube; solo la promesa de un televisor encendido que abría portales hacia universos donde robots gigantes defendían la humanidad y niñas valientes, descendientes de hadas, buscaban flores mitológicas de siete colores. El anime no era simplemente un producto audiovisual importado; era una ventana que conectaba dos realidades aparentemente distantes: la cotidianidad andina y la fantasía nipona. 

La memoria guarda con nitidez la textura de aquella alfombra fría bajo los pies infantiles, mientras la potente sintonía de "Mazinger Z" inundaba los hogares colombianos. Los ojos se abrían desmesuradamente ante las hazañas de Koji Kabuto, un héroe que, desde su cabina de control, dirigía los puños propulsados de un titán metálico contra las fuerzas del mal. Tras esas batallas épicas llegaban las emotivas historias de "Candy Candy" y "Ángel", narraciones que, lejos de ser mero entretenimiento, constituían verdaderas lecciones sobre amistad, pérdida y resiliencia envueltas en el lenguaje universal de la animación. 

 


Germinando la Semilla de la Creatividad  

Para muchos de nosotros, el anime trascendió el papel de simple pasatiempo para convertirse en catalizador vocacional. La fascinación por estas narrativas visuales condujo a toda una generación hacia disciplinas creativas como el diseño gráfico, donde aprendimos a fusionar imágenes y palabras para contar historias propias. Este camino culminaría, para algunos, en la exploración de la novela gráfica, territorio donde confluyen las dos pasiones sembradas durante aquellas tardes de infancia. 

El despertar narrativo llegó temprano. Aquel concurso de cuentos infantiles ganado en cuarto grado fue la primera señal de una vocación que germinaba en silencio: la escritura fantástica. El anime había plantado una semilla fundamental: la comprensión de que las historias animadas podían explorar las emociones más profundas y universales del ser humano. Con el transcurrir de los años, esa semilla floreció en emprendimientos creativos donde el anime funcionaba simultáneamente como musa inspiradora y espejo reflexivo. 

La adolescencia trajo consigo series que desafiaban las convenciones narrativas tradicionales. "Las Aventuras de José Miel" nos presentó la noción revolucionaria de que el destino podía reescribirse, que cada personaje guardaba en su interior la capacidad de renacer y transformarse. Estas no eran ya las historias lineales de nuestra infancia, sino complejos entramados con finales inesperados y arcos dramáticos que invitaban a la introspección y al cuestionamiento. 

 


El Viaje de Chihiro y la Fuerza Femenina 

Los años universitarios significaron el descubrimiento del universo de Studio Ghibli, un cosmos donde cada película representaba un viaje iniciático cargado de simbolismo. Aquí, las protagonistas femeninas no esperaban ser rescatadas; se transformaban a través de pruebas de valor y autodescubrimiento. "El Viaje de Chihiro" nos enseñó que el miedo podía ser el preludio necesario para la fortaleza interior. "Nausicaä del Valle del Viento", "La Princesa Mononoke", "Kiki: Entregas a Domicilio" y "Arrietty" presentaron heroínas poderosas, independientes y profundamente conectadas con la naturaleza. 

 


Diálogo cultural e investigación 

El anime trascendió las pantallas para tejer comunidad. Surgieron grupos donde compartíamos recomendaciones, analizábamos series y organizábamos maratones que se extendían hasta el amanecer. Estos espacios, inicialmente recreativos, evolucionaron hacia foros de reflexión sobre identidad, estética, moda y música, creando un diálogo cultural que enriquecía tanto nuestra comprensión del Japón contemporáneo como nuestra propia identidad latinoamericana. 

El alcance del anime rebasó las fronteras del entretenimiento para infiltrarse en trayectorias académicas y profesionales. El caso de aquella compañera que encontró en "Hetalia" una herramienta pedagógica que la impulsó hacia los estudios históricos ejemplifica este fenómeno. Su innovadora implementación del cosplay y la narrativa interactiva en entornos educativos evidencia cómo el anime puede transformarse en un recurso pedagógico valioso y efectivo. 

Estudios académicos como la tesis de Velandia (2023) y la investigación de Guarín (2019) confirman científicamente lo que muchos intuíamos: el profundo impacto del anime en la configuración cultural colombiana contemporánea. Estos trabajos documentan meticulosamente cómo el anime ha dado origen a comunidades vibrantes y ha modificado hábitos culturales, generando procesos de transculturación únicos en el contexto latinoamericano. 

 


Un Fenómeno Transnacional Latinoamericano 

La influencia del anime se extiende como un tapiz multicolor por toda Latinoamérica, donde ha evolucionado desde un nicho marginal hasta convertirse en componente integral de la identidad cultural juvenil y adulta. Desde las primeras emisiones de "Astro Boy" hasta el fenómeno global de "Sailor Moon", estas narrativas han tejido conexiones emocionales y estéticas que trascienden fronteras, promoviendo un diálogo intercultural sin precedentes entre Japón y América Latina. 

En nuestro camino creativo personal, el anime ha funcionado como cimiento para obras que fusionan lo fantástico con lo cotidiano de nuestro entorno. La novela gráfica en desarrollo "Anahí, la guerrera del corazón" representa este diálogo cultural: una narrativa que rinde homenaje a la cosmovisión latinoamericana mientras incorpora elementos estéticos y profundidad filosófica propios del anime japonés. 

El anime y el manga han trascendido su condición inicial de productos de entretenimiento importados para convertirse en catalizadores de cambio, identidad y creatividad en Colombia y Latinoamérica. Estas expresiones artísticas continúan invitándonos a explorar nuevos horizontes narrativos, a reimaginar nuestra propia historia y a construir puentes intergeneracionales e interculturales. 

 


Colombia: Crisol de Imaginarios 

Colombia, al integrar estas influencias foráneas en su tejido cultural, se posiciona como un vibrante crisol donde tradiciones ancestrales dialogan con imaginarios contemporáneos globales. El anime, lejos de representar una imposición cultural, se ha transformado en un lenguaje universal que une, inspira y transforma, demostrando que las fronteras culturales son, en esencia, constructos permeables y dinámicos. 

En las calles de Bogotá, Medellín o Cali, los ecos de aquellas tardes sabatinas resuenan en convenciones de anime, tiendas especializadas, talleres de ilustración y obras que fusionan lo local con lo global. El susurro japonés que llegó a los Andes se ha vuelto una conversación permanente, un diálogo cultural que enriquece nuestra identidad latinoamericana y confirma que la imaginación no conoce fronteras. 

 


Sobre la autora

Maria Eugenia Quiroga Díaz es una diseñadora gráfica de postproducción con más de 16 años de experiencia. Ha trabajado en animación y televisión, mejorando la calidad visual de proyectos. Fundó Animatropo, una productora de contenidos para niños y adolescentes, liderando proyectos desde la idea hasta su producción final.  

Con Animatropo, ha recibido varios premios internacionales: el Japan Prize 2015 por Donkeybook, teaching English como mejor nueva propuesta de TV, Crea Digital 2018 en transmedia por la novela gráfica digital "Anahí, la guerrera del corazón," y un FDC en 2021 para el desarrollo del largometraje infantil animado "Por las barbas de mi gato." 

 Actualmente, hace parte de Women in Animation (WIA), organización internacional de mujeres en la animación) capítulo Colombia en la mesa directiva. 

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Shinrin-yoku: caminando entre montañas y niebla

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Shinrin-yoku: caminando entre montañas y niebla

ShirinYoku
En Akasawa, Japón, Natalia Laverde participa en una sesión de shinrin-yoku, terapia de bosque con beneficios médicos y espirituales. Guiada por expertos locales, explora la conexión entre naturaleza y bienestar. El intercambio con guías de distintos países resalta la universalidad del bosque como espacio sanador. De regreso en Colombia, reflexiona sobre su aplicación en la reserva La Ilusión y su potencial para la reconciliación socioambiental.

El tensiómetro indica que mi presión sanguínea está en 140/81, procedo a anotarlo en una ficha técnica que el personal del parque natural de Akasawa me ha dado1. El objetivo es comparar los datos de presión arterial antes y después de haber realizado una sesión de terapia de bosque (Shinrin-yoku) en el parque natural reconocido como el lugar de nacimiento de esta práctica. Junto a mí se mide la tensión de 20 personas más: colegas guías de terapia de bosque certificados por la Association of Nature and Forest Therapy (ANFT) de diferentes partes del mundo que han venido a conocer este lugar icónico en un encuentro organizado por Future with Forest Association (FwithF) de Japón.

 

ShirinYoku
Bosques de Kiso en Akasawa

 

 

 Al inicio de la jornada el doctor Shigeyoshi Kumeda director honorario del hospital prefectural Kiso nos cuenta que en 1982 se celebró en Akasawa (Agematsu, prefectura de Nagano), la primera convención nacional de baños de bosque. Tomohide Akiyama director general de la Agencia Forestal en el Bosque recreativo de Akasawa crea entonces el concepto de Shinrin-yoku, traducido como “baño en la atmósfera del bosque” como estrategia para revalorizar el bosque de Kiso (ciprés) y ofrecer alternativas saludables a la población urbana con crecientes índices de depresión y enfermedades inducidas por el estrés. Nos cuenta que en 2003 el término “terapia forestal” es decir “baño de bosque con evidencia científica” fue acuñado y que en 2006 la Asociación de Terapia Forestal japonesa inicia la certificación de senderos para realizar caminatas de terapia de bosque y asegurar su calidad. 

El Dr. Kumeda argumenta además que las fitoncidas (Alfa-pineno, limoneno) son compuestos volátiles o terpenos que las coníferas y otros árboles expelen para protegerse, y que el ser humano evolucionó respirándolos, separándose de ellos cuando empezó a vivir en las ciudades. Los estudios llevados a cabo por los doctores Qing Li y Yosifumi Miyazaki de la Universidad de Chiba, demostraron los beneficios de las fitoncidas y de la atmósfera del bosque en el sistema inmunológico, la presión arterial, y observaron la disminución de hormonas del estrés (cortisol) y mejoramiento del estado de ánimo. 

 


Una vez medida la tensión, salimos hacia el sendero, nuestra guía local Yoko Shimohara habla en japonés, y Kota facilitador de FwithF, traduce al inglés. Sin ella, esto solo hubiera sido un lindo paseo por el bosque2. La guía nos lleva en un recorrido sensorial de dos horas, revelando los secretos de arbustos y las propiedades del bosque de kiso (cipreses) como el árbol sagrado de hinoki y otras coníferas como sawara y sugi. Nos invita a respirar, a oler, a dormir un rato pero es imposible cerrar los ojos: la vista hacia arriba no puede ser más reconfortante, las hojas empiezan a teñirse de otoño, la luz traspasa el follaje (Komorebi), el olor del pino invade todo y hasta puede sentirse en el paladar, el sonido de la corriente tranquila del agua de la quebrada diluye el pensamiento. 

Nos levantamos y pasamos por el rio Haruki en donde la guía se emociona contándonos que el puente que cruzamos se llama Dondonbuchi y que ella misma lo bautizó así3. Es importante porque el desarrollo de una sesión de Shinrin-yoku integra también la dimensión cultural local4. Al regresar a la base médica miden de nuevo la tensión. Mi nueva marca: 119/67, mi presión ha bajado y así mismo la de todos los participantes. El bosque ha hecho su trabajo.

Pero más allá de las evidencias científicas tan necesarias para “creer” en los beneficios médicos de la práctica, está la dimensión espiritual de la misma. Para Nagisa Ono de FwithF quien también es miembro del Consejo de política pública forestal de Japón, Shinrin-yoku tiene otro significado: “entrar en contacto con los árboles para tener una sanación espiritual (…) para los japoneses el bosque es un lugar en donde está dios” señala. No siempre se habla de los beneficios espirituales pero lo cierto es que es relevante no solo por los fundamentos shintoistas de donde nace. En Colombia a miles de kilómetros de Japón, la mayoría de los participantes de terapia de bosque en la reserva natural La Ilusión, reportan experiencias de elevación o conexión espiritual en algún grado, que aportan al bienestar general de la persona y del bosque nublado. 

No es de extrañarse, nuestros ancestros y los pueblos originarios en todo el mundo dan a los elementos naturales propiedades sanadoras, sagradas o divinas en donde la dicotomía naturaleza y cultura (Descola, 1996) no está presente. El asombro y la compasión que se despierta siguiendo la secuencia estándar en una caminata de terapia de bosque parece disparar no solo el bienestar físico y emocional sino que da paso a las experiencias espirituales (no religiosas) que nos abren la conciencia hacia nuestra propia naturaleza interrelacional e impermanente.

Al día siguiente visitamos Okutama, conocimos y recorrimos el sendero fragante Toke para terapia de bosque, en donde la arquitectura, la ingeniería, el paisajismo y la botánica se han unido para ofrecer 1,3 kilómetros de bienestar forestal. Pero el sendero, también certificado, no sería lo mismo sin la orientación de la guía de terapia de bosque local Shigeko Furuya que nos integra al bosque de manera metódica, amorosa y sabia.

Las actividades académicas y prácticas en Akasawa y Okutama, se dieron en el marco de un evento organizado por Future with Forest Association (FwithF) dirigida por Nagisa Ono y soñado antes de la pandemia en conjunto con Amos Clifford uno de los creadores de la secuencia estándar de terapia de bosque y fundador de ANFT. El intercambio cultural y técnico entre guías de terapia de bosque certificados ANFT de Colombia, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia, Singapur, China y Canadá y facilitadores de Japón de diferentes regiones como Hiroshima, Azumino y Tokio certificados por FwithF, es el primero de su naturaleza en realizarse. 

 

 

"[...] nuestros ancestros y los pueblos originarios en todo el mundo dan a los elementos naturales propiedades sanadoras, sagradas o divinas en donde la dicotomía naturaleza y cultura (Descola, 1996) no está presente. [...]

 

 


De vuelta a Colombia, en la reserva natural La Ilusión al occidente de Bogotá observo como la niebla abraza las montañas de la misma manera que en Japón. ¿Cuál será el futuro de estas montañas y remanentes de bosque?, ¿es la práctica de shinrin-yoku adaptada al contexto colombiano parte de la solución a su devastación? Creemos que sí aporta, desde 2007 en La Ilusión, se regeneran 45 hectáreas de bosque andino húmedo y desde 2019 realizamos caminatas guiadas de terapia de bosque o de shinrin-yoku de manera gratuita a niños de áreas rurales cercanas a la reserva que paradójicamente no tienen acceso a ecosistemas sanos con excelentes resultados en términos de salud mental, relacionamiento y reconciliación socioambiental (Laverde, 2022). 

 

Shirin-Yoku2
Vista desde la Reserva Natural La Ilusión

 

 

Disfrutando este paisaje del bosque andino húmedo, aún resuenan en mis oídos las nuevas palabras aprendidas en japonés, en mis ojos está la impresión de los santuarios shinto, en mi naríz y paladar el olor/sabor del hinoki, mi corazón aún está conmovido por los rostros emocionados de todos quienes dieron más de sí para atendernos en Akasawa y Okutama, y hacernos sentir únicos e importantes: omotenashi. A pesar de las diferencias culturales hay algo que se siente tan familiar… ¿es la hospitalidad, la niebla o acaso los procesos de restauración socio ecológica hacen en ambos países? Tal vez. Pero es el amor por la tierra y la vida, en donde el shinrin yoku es una práctica moderna para resignificar nuestros orígenes, para volver al bosque, a nuestra casa.

 


Referencias bibliográficas

  • Descola, Philippe (1996). Construyendo naturalezas: ecología simbólica y práctica social. En Naturaleza y sociedad, perspectivas antropológicas (pp. 101-123). Londres: Taylor & Francis.
  • Kumeda, S. (2023, 14 de octubre). Current Status and effects of forest therapy [sesión de conferencia]. Shinrin-yoku tour Japan, Future with Forest Association, Parque nacional de Akasawa, Agematsu, Japón.
  • Laverde, N. (2022). Reconciliando relaciones etnobiológicas a través de terapia de bosque en la OMEC La Ilusión. Conferencia. Simposio virtual sobre naturaleza y salud, Ecuador. Ver video.

 


Sobre la autora

Natalia Laverde-Bohórquez es fotógrafa conceptual, comunicadora social de la Universidad de la Sabana y Magíster en Antropología de la Universidad de los Andes. Es guía de terapia de bosque y consultora de senderos certificada ANFT. Directora y creadora de la Fundación El Bosque y La Niebla, dedicada a apoyar procesos socioecológicos de reconciliación en la reserva natural (OMEC) La Ilusión, donde se protegen y restauran 45 hectáreas de bosque andino húmedo.

Ha guiado a más de mil estudiantes de escuelas rurales cercanas a la reserva y ha coescrito publicaciones científicas sobre la fauna de la zona y la reconciliación entre naturaleza y sociedad. Su obra fotográfica ha sido expuesta en diversos escenarios nacionales e internacionales.

foto.natalialaverde.com · ORCID

 


1. El bosque de Akasawa en la prefectura de Nagano, fue arrasado iniciando la era Edo y empezó a regenerarse cuando el área queda bajo el dominio Owari: la pena por cortar un árbol era la decapitación, ya al final de la era Meiji se convierte en bosque imperial y hoy es uno de los bosques cultivados de coníferas de Kiso Hinoki (Chamaecyparis obtuse) que es patrimonio de Japón. (Kumeda, 2023).
 
2. Los guías o facilitadores de terapia de bosque complementan el trabajo médico en la base de Akasawa, allí, desde 2006, y para revitalizar el lugar, se realiza la consulta gratuita con un equipo médico -medicina preventiva- que recomendará uno de los senderos en los que el guía lo acompañará. Future with Forest es la primera organización japonesa que desarrolla un programa para facilitadores de Shinrin-yoku en Japón, para llegar a más personas en el país.
 
3. “Se dice que las nubes se reflejan en la superficie del rio, y que la corriente se las traga, al hacerlo hace el sonido ‘don, don’” según la señalización.
 
4. Nagisa Ono explica que al planear el encuentro se tuvo en mente Sampo-yoshi o que todos ganaran: el bosque, la comunidad y el individuo. 

 

© 2025 Reportajes Revista Kōbai · Universidad de los Andes

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