Reportajes Kōbai Su Majestad el Emperador del Japón recibe las credenciales del Embajador de COL Jorge Garavito 29 de Octubre de 2025 Reportaje en colaboración con la Asociación Colombiana de Exbecarios de Japón (ACOJE). Jorge Garavito, el primer exbecario colombiano del Ministerio de Educación japonés, relata el 18 de octubre de 1972 la opulencia del Protocolo Imperial Japonés para recibir al Embajador de Colombia. Carrozas, chaqué y Guardia Imperial en un ritual inmutable. El Palacio Imperial, reconstruido, alberga un protocolo rígido donde cada gesto es poder. Link copied to clipboard Cuando las puertas del palacio imperial en Tokio se abren de par en par y la gente comienza a agolparse a lado y lado de la vía que conduce al puente Ishi-bashi que es la entrada principal, se puede prever que se espera la llegada de algún invitado de especial importancia y parece que entonces el castillo de Edo, irradia en la modernísima y congestionada ciudad, una suerte de encantamiento de increíble tranquilidad y belleza en el que lo antiguo y lo nuevo harmonizan, produciendo una imagen de lo que es el Japón en el momento actual: Unas tradiciones de una hermosa herencia cultural, que asimilan el presente y se anticipan en el futuro. El ProtocoloLa caballería de la Guardia Imperial hizo la salida del palacio, custodiando las dos carrozas del Emperador y vistiendo uniformes de gala de color azul, dirigiéndose a recoger al Embajador de Colombia –Luis González Bari– que iba a presentar las credenciales, en medio del solemne y estricto Protocolo de su Majestad Imperial: con el carácter de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario, quien lo había sido con anterioridad ante el Gobierno de Portugal y ante el de Suiza; habiendo sido así mismo miembro de la comisión asesora de Relaciones Exteriores, en representación del Senado de la República. El Protocolo sigue siendo igual al de los tiempos del Imperio. El protocolo de la vida diplomática varía de país a país, lo mismo que la etiqueta. En el caso del Japón reviste especial severidad y exquisita elegancia: se debe pedir, para la entrega de credenciales, audiencia ante el Emperador con 15 días de anticipación y mediante nota de estilo que va dirigida al jefe de protocolo del Gaimusho (Min. de Rel. Exteriores), el cual contesta y fija hora y fecha dentro del término. A pesar de que se han verificado muchos cambios en la vida social Japonesa después de 1.945; la ceremonia de presentación de credenciales sigue siendo idéntica a la de los tiempos del Imperio. El vestido oficial de la ceremonia sigue siendo el chaqué, el cual siempre han sido muy afectos los Japoneses, en muchas de las actividades de la vida social. Las Credenciales ColombianasPor otra parte; las credenciales colombianas son pergaminos exquisitamente elaborados, escritos en letras de estilo y con el sello de la República en dorado, en los que el Presidente presenta ante el Jefe de Estado a quién van dirigidas, al Embajador que ha resuelto acreditar; se llaman credenciales porque en ellas se le pide al Jefe de Estado que las reciba, que tenga por cierto lo que diga el acreditado a nombre del país o a nombre del propio Jefe de Estado que así le acredita. Las credenciales colombianas llevan al final el sello mayor de Colombia que va en relieve blanco del mismo pergamino, así como la refrendación del Ministro de Relaciones Exteriores. Las Carrozas del EmperadorEl Gran Chamberlán de la Corte, según el horario convenido con anterioridad, recogió en la residencia de la Embajada al Embajador Colombiano y a los demás miembros de la misión que debían asistir a la ceremonia; con el fin de llevarlos al Palace Hotel en donde se tomarían las carrozas: naturalmente ése recorrido se hizo en carro, porque el viaje en carroza hubiera requerido por lo menos unas cuatro horas atravesando Tokio desde Meguro hasta Marunochi, ¡lo cuál hubiera sido bastante pintoresco! Una vez que llegaron al Palace Hotel, el Embajador y su comitiva acompañados del Sr. Takaji Yamaguchi (Gran Chamberlán), subieron al salón de invitados especiales en el segundo piso, en donde fueron atendidos con el famoso O-cha Midori, que es el té verde Japonés que se toma sin azúcar. "Las carrozas son las mismas que se usaron hace 47 años cuando la coronación del actual Emperador Hiro-Hito nieto del Gran Meiji que le dio su nombre a la era moderna de la historia del Imperio." Para ése entonces ya habían llegado las carrozas y la guardia Imperial, que esperaban en la entrada principal del hotel. Las carrozas son muy elegantes: cerradas; de color rojo y negro por fuera, y dorado en las manijas y escalerillas, por dentro tienen brocado en oro sobre seda color marfil y dos asientos, uno enfrente de otro. En el asiento de atrás de la carroza principal, iban colocados un gran cenicero antiguo de plata, y dos cajas también de plata, del desueto rapé. Los Protocolos del ImperioExisten en el Japón en realidad tres protocolos: a) el de la casa Imperial, b) el de la casa del Príncipe heredero, c) el de la Cancillería. Lo anterior, a pesar de que en 1.945 la nobleza fue abolida de facto y tan sólo quedó la Familia Imperial, y aún esta, con la limitación de que cuando quiera que una hija del Emperador se casa, pierde su rango de princesa y queda por fuera del protocolo del Estado y de la casa Imperial y no reside en el Palacio. Este fue el caso de la Princesa Takao, que se casó hace poco. Según sea el caso, los Embajadores deben observar diferente protocolo, de acuerdo con cada uno de los tres anteriores, que son enteramente diferentes pues diferentes las etiquetas, precedencias y preeminencias en las funciones y ceremonias del Estado, según quien esté representando, la soberanía del Imperio."Todo ése conjunto de formalidades que parece en principio no tener mayor importancia, producen sin embargo en la vida Diplomática, a vez en cuando, algunas situaciones difíciles y complicadas, que no siempre son solucionadas en forma muy 'diplomática'." Todo ése conjunto de formalidades que parece en principio no tener mayor importancia, producen sin embargo en la vida diplomática, a vez en cuando, algunas situaciones difíciles y complicadas, que no siempre son solucionadas en forma muy "diplomática". Tal fue el caso, con ocasión de las celebraciones de la Monarquía Persa en Persépolis el año pasado: el Presidente Pompidou no concurrió, debido a que el Protocolo Imperial Persa le concedía precedencia a los Jefes de Estado Hereditarios, otorgándole un grave desequilibrio en lo político, porque resultaba con precedencia el Príncipe Reinante de Mónaco sobre el Jefe del Estado Francés, siendo el primero, por su Tratado de Estado con Francia (Estado vasallo de la República Francesa, la que hace el caso más agudo que con el del príncipe reinante, en el también diminuto Liechtenstein.Hay ocasión, en las que cualquier gesto diplomático adquiere un valor entendido, de grandes proporciones; y esto sin hablar, de las conversaciones entre Jefes de Estado muy usuales en estos días; en las que un simple brindis que desconozca alguna preeminencia protocolaria, puede hacer tambalear en el poder a toda una coalición de gobierno. La entrada al PalacioUna vez que el "Caballero mayor" informó que las carrozas y el cortejo de la guardia Imperial estaban listos en la entrada principal del hotel, bajó el embajador acompañado del Gran Chamberlán y de los miembros del séquito, procediendo a ocupar las dos carrozas dispuestas para el efecto. En la principal iban el embajador y el Sr. Yumaguchi y en la otra carroza (Germán Rodríguez Fonegra (Consejero Comercial), Hernando Parra Casas (Primer Secretario), y José I. Estrada (Agregado Comercial).Los Jardines exteriores del Palacio Imperial, estaban llenos de turistas que saludaban el paso del desfile, que es de muy rara ocurrencia. A la entrada del Palacio, los guardias presentaron armas a los miembros de la comitiva, que entraban por la puerta principal, para tomar el Tetsu-bushi (Puente de Hierro), el cuál sirve de entrada al patio principal del Sei-den que es la estructura central del Palacio Imperial; al fondo, desde el puente de hierro, la Torre Fujimi que sobresale de las murallas. Fue construida en el Siglo XVII sin que se le hayan hecho modificaciones desde ésa época ,es una muestra de lo mejor de la arquitectura clásica japonesa y debe su nombre a la circunstancia de que se puede ver el Monte Fuji desde lo alto de la torre. "En el Japón, las torres no solo eran una necesidad en el caso de una batalla, en ésa época, sino que también eran un símbolo de la autoridad del Shogun -Gobernador militar investido del supremo poder político y militar-." El Palacio ImperialLa II Guerra Mundial que terminó en 1.945, destruyó totalmente el Palacio Imperial, pero no así las torres y las murallas que lo rodeaban. En 1.968, se terminó de construir un nuevo palacio en el mismo sitio del anterior, que contiene al mismo tiempo la últimas técnicas arquitectónicas, combinadas con el espíritu tradicional del Japón , en materia de jardinería, arquitectura, y decoración de interiores. En términos generales, el palacio tiene una estructura de dos pisos y lo forman siete edificios que componen varios rectángulos , con patios interiores y jardines alrededor. La residencia de sus Majestades está en el bosque dentro de los jardines interiores del palacio en la parte alta, a la izquierda de la torre Fujimi, se llama fukiage y fue construida en 1.961; el techo está cubierto con láminas de bronce y las paredes exteriores con ladrillos blancos que le dan un aire de apacible tranquilidad. El Sei-Den y Chowa-DenEl Sei-Den que es el edificio de Estado, está rodeado de un patio de gravilla blanca y queda enfrente de un estanque de bronce muy antiguo. El edificio tiene una extructura exterior de madera, con las paredes de blanco y los techos de verde, tiene tres salones importantes principalmente: el de bambú (Take-no-ma), el de pino (Matsu-no-ma), y el de ciruela (ume-no-ma), todos decorados con motivos referentes al nombre que los identifica, con especial buen gusto y sencillez.El Chowa-Den que es el otro edificio principal del palacio, tiene dos salones principales que son: el de la primavera y el otoño que es usado para recepciones y el Minami Damuri (Salón de la entrada del sur) que es quizás el más espléndido de los salones del palacio Imperial. El Área y ReconstrucciónEl área total del palacio con los jardines cubre más de un millón de metros cuadrados, está localizada en el centro de Tokio y rodeado por murallas inclinadas, de impresionante belleza y un foso bastante ancho, con peces inmensos de colores, que le sirven de adorno. El palacio está situado exactamente enfrente de la estación central de Tokio en el área de Marunochi, que vendría a ser el Wall Street del Japón. En la reconstrucción del palacio se transplantaron cedros de 800 años y cipreses de 300 para la reforestación de los jardines y bosques interiores que habían quedado totalmente destruidos.En conjunto, el aspecto de los edificios presenta una fina combinación de tres colores: verde en el tejado, blanco en las paredes, y carmelita oscuro de los pilares y vigas, la cual resulta muy delicada. End of the article Más en esta categoría Hanami: el arte de admirar la flor de cerezo Leer más Un japonés en el Casanare Leer más Susurros de Japón en los Andes: cuando el anime tejió la realidad colombiana Leer más Shinrin-yoku: caminando entre montañas y niebla Leer más Contenido relacionado Shinrin-yoku: caminando entre montañas y niebla El tensiómetro indica que mi presión sanguínea está en 140/81, procedo a anotarlo en una ficha técnica que el personal del parque natural de Akasawa me ha dado1. El objetivo es comparar los datos de presión arterial antes y ... Read more